Vivimos rodeados de edificios, con un estilo de vida sedentario, y trabajamos principalmente gran parte de nuestro tiempo en espacios cerrados, con estrés, y únicamente desarrollamos la parte cognitiva, e intelectual.

El tiempo que pasamos en la naturaleza es mínimo. Muchos autores hablan del Déficit de Naturaleza y otros problemas de salud vinculados a esta desconexión

Los problemas de salud asociados al llamado Trastorno por Déficit de Naturaleza corroboran la necesidad y los beneficios que los espacios naturales nos aportan.

Son muchos los estudios que han comprobado el efecto beneficioso que tiene pasear, hacer deporte o estar en simple contacto con la naturaleza de forma regular para la salud de niños y adultos. Según los científicos pasear una vez a la semana durante 15 minutos por estos bosques baja nuestra presión arterial… y eso significa menos estrés y ansiedad.

Pero estos no son los únicos beneficios. También mejora…

  1. Nuestro sistema respiratorio.
  2. Fortalece nuestros músculos.
  3. Relaja la mente.
  4. Ayuda a concentrarnos mejor.
  5. Disminuye el cortisol.
  6. Baja la tensión arterial.
  7. Un buen protector del corazón.
  8. Fortalece el sistema inmunitario.
  9. Mejora los trastornos del sueño.
  • En Japón hace más de tres décadas que los médicos prescriben caminar por los bosques para combatir la depresión. Ahora los científicos estudian sus beneficios para tratar el alzheimer y a los niños con autismo.
  • Cristina Lombardía (psiquiatra infanto-juvenil): «Es muy sano para ayudarles a autorregular alteraciones sensoriales que son foco de estrés para ellos».

Así que ahora tenemos un motivo más para preservar los bosques y que éstos se conviertan en la mejor medicina.

Casa del Puente

Publicado el: 1 de septiembre de 2019